alvord desert

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Alvord Desert

The skies of the Alvord Desert, in the state of Oregon, USA.

It was 2:30 in the morning and we were 1200m above sea level. Far away from the nearest large civilization. There are only lost villages of a few tens of inhabitants, some without even streetlights, for hundreds of kilometers.

After more than 10 hours of going to the desert, we knew it was going to be a hard journey, but it would be worth it to be in a lost in a place little visited that has one of the most AWESOME skies I have seen in my life.

Plant yourself in the middle of the desert, look around 360º and see nothing but a huge 19 x 11 kilometer stretch of flat sand that ends in mountains that you never see growing from far away.

Look up and see the sky fall on you…There were dark areas that had never seen anything more than a photo. The galactic core… indescribable. It shone in a way that cannot be described. And see how the stars came out on the horizon, almost as dark as in the zenith is spectacular.

Here, in this photo, I appear, sitting on a chair, with the Milky Way behind me, already descending and hiding behind the distant mountains.

The United States has touched my heart … its people, its life, its cities, its magical landscapes, the warmth with which it receives you, its endless roads, its burgers, everything… This trip has marked a before and after in my life.

I hope to return much more often…

Desierto de Alvord

Los cielos del Desierto de Alvord, en el estado de Oregón, USA.

Eran las 2:30 de la madrugada del 20/07/2018 y estábamos a 1200m sobre el nivel del mar. Muy lejos de la civilización grande más cercana. Solamente hay aldeas perdidas de pocas decenas de habitantes, algunas sin ni siquiera farolas, en cientos de kilómetros.

Tras más de 10 horas de ida hacia el desierto, sabíamos que iba a ser un trayecto duro, pero que iba a merecer la pena estar en un lugar perdido y poco visitado que tiene uno de los cielos mas IMPRESIONANTES que he visto en mi vida.

Plantarte en mitad del desierto, mirar a los 360º y no ver nada más que una grandísima explanada de 19 x 11 kilómetros de arena plana que termina en montañas que nunca ves crecer de lo lejos que están.

Mirar hacia arriba y ver que se te cae el cielo encima. No reconocer las constelaciones de la cantidad de estrellas que se veían y te hacían confundir todo. El cisne brillaba como la zona de Sagitario en los cielos que conocía en España. Se veían zonas oscuras que nunca las había visto nada más que en foto. El núcleo galáctico… indescriptible. Brillaba de una forma que no se puede describir. Y ver como salían las estrellas por el horizonte, casi igual de oscuro que en el cenit es espectacular.

Mis amigos Iko, Marilo, Christian y Rogelio, estaban por la zona de detrás cada uno a lo suyo haciendo sus fotografías, todos impresionados por la magnífica noche que la meteorología nos dejó en este lugar. Solo se escuchaban los disparos de los obturadores (si estabas cerca de alguien) cuando nadie hablaba, ni grillos, ni viento, ni ningún otro sonido nada más que las pisadas y los movimientos de los trípodes.

Aquí, en esta foto, aparezco yo, sentado en una silla, con la Vía Láctea detrás de mi, ya bajando y escondiéndose detrás de las lejanas montañas.

Estados Unidos ha tocado mi corazón… sus personas, su vida, sus ciudades, sus paisajes mágicos, el calor con el que te reciben, sus carreteras interminables, sus hamburguesas 🙂  todo… Este viaje ha marcado un antes y un después en mi vida.

Espero volver mucho más seguido…

Día y noche

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